Cerca de Quito, a 2,400 metros de altitud, rodeado de volcanes y a poca distancia de la línea ecuatorial, se halla “el viñedo de la Mitad del Mundo”, que desafía a esas condiciones adversas para hacer vinos finos, un oasis vinícola que ahora será parte de una nueva ruta turística de la capital de Ecuador.
La bodega Chaupi Estancia, situada en el valle de Yaruquí, en plena cordillera de los Andes, ha rescatado desde hace 30 años la tradición vinícola que llegó a la zona desde España en la época colonial y que se había perdido ante la complejidad de cultivar uva en una zona geográfica donde apenas hay variación de estaciones.
Al ser el productor de vino más cercano a la línea del Ecuador, que pasa a unos 10 kilómetros del lugar, los cambios de temperatura entre el día y la noche, su primavera constante y una temporada lluviosa hacen que hacer vino de calidad se vuelva un desafío permanente que requiere vigilancia y atención completa casi las 24 horas del día.
“Tenemos que darle mucho cariño a la planta”, comenta Carlos Vera, el agrónomo encargado de la producción y elaboración de los vinos, quien con mucho mimo y empeño logra sacar frutos de sus más de 25 variedades de cepas plantadas en la finca y elaborar vinos que ya le han valido a la bodega varios premios internacionales.
Con una producción prácticamente artesanal, de Chaupi Estancia suelen salir entre 4,000 y 5,000 botellas cada año, unos lotes pequeños pero selectos, que hacen de estos vinos casi una pieza de coleccionista que sólo venden a los visitantes que llegan a la bodega, ubicada a unos 16 kilómetros de Quito.
BOTELLAS DE 480 DÓLARES
Como muestra, una botella de primera cosecha de la finca (1992) está valorada en 480 dólares, y es que no todos los años hay seguridad de que haya vendimia, pues depende de las condiciones climáticas y de las lluvias, detalla Vera, quien espera que llueva pronto para animar a las plantas a engordar las uvas para la cosecha de 2022.
Ahora tienen en producción 3 de sus 7 hectáreas de viñedos, pues han renovado una parte de ellas que, tras 25 años produciendo, agotaron la vida de la planta, mientras que otra parte ha sido dejada en descanso para no estresar a las mismas vides.
Entre los vinos que se producen, conservados en barricas de roble durante varios años en ocasiones, destacan dos tintos como el Pinot Noir, un reserva elaborado íntegramente con la cepa del mismo nombre, y Alyce, un gran reserva con mezcla de 10 de las 25 variedades de uva que se cultivan en la finca.
Si bien la mayoría de las cepas de este viñedo han sido importadas de Chile, también está una variedad de la semillón propia de Ecuador, encontrada en la zona andina de Patate, de la provincia de Tungurahua, que genéticamente está más preparada para crecer en las particulares condiciones climáticas de la cordillera de los Andes.
VINOS FINOS
Todas estas características hacen de Chaupi Estancia un lugar muy singular y atractivo para los amantes del vino, por lo que Quito Turismo, la empresa metropolitana de promoción de la capital de Ecuador como destino turístico, lo ha incluido dentro de una nueva ruta tanto para visitantes nacionales como extranjeros.
Esta propuesta combinará los finos vinos de Chaupi Estancia con la pujante alta cocina quiteña, a cargo de restaurantes como Tributo, especializado en carnes andinas, y en concreto en el tratamiento de la carne de vaca madura, criada en los valles de los Andes ecuatorianos.
“Estamos en un viñedo en el centro del mundo”, sostiene la gerente general de Quito Turismo, Cristina Rivadeneira, quien considera que la visita a esta bodega “es un producto de muy alto nivel”.
“Muchos de los ciudadanos de Quito no conocen que aquí tenemos un viñedo donde se producen vinos que han sido galardonados”, apunta Rivadeneira, que ve la posibilidad de ofrecer a los visitantes de esta bodega “una experiencia única”.
Para la gerente de Quito Turismo, organismo que ha elaborado más de 60 rutas en la capital ecuatoriana, esto suma en la promoción gastronómica de la ciudad que tendrá uno de sus momentos más relevantes en la próxima edición de la feria Madrid Fusión, tanto en Bogotá primero como luego en la capital española.