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Una parada técnica y refrescante en una heladería artesanal
Entre el afán diario, los gajes del oficio, el estrés, la ansiedad y el pensar del futuro, siempre habrá momento para degustar un helado en una heladería artesanal. Y así lo hice. Esta vez no fui sola, sino con dos mujeres amables, cariñosas y comunicativas que durante tres horas hablaron hasta de las deudas. Pero,…