Desde las playas doradas del Caribe hasta las bulliciosas calles de Seúl, los sabores del mundo nos transportan a través de una experiencia sensorial única. En este recorrido gastronómico, exploraremos los deliciosos platos tradicionales de Corea del Sur, trasladados a República Dominicana gracias a las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
La cocina coreana es conocida por su complejidad de sabores, con una variedad de platos que van desde lo picante hasta lo fermentado, todo servido con una generosa porción de arroz.
Nuestro viaje inicia con, Nam Nam Korean Snack Cuisine, ubicada en la avenida Winston Churchill. Los comensales lo describen como “diferente y sabroso”, calificado con 4.4 estrellas.
Continuamos con Nice tea, ubicado en la plaza Juan Dauhajre, avenida Simón Bolívar. Este restaurante coreano se especializa en platos caseros y auténticos. Ofrecen una amplia gama de opciones. “El ambiente es súper tranquilo, lindo y relajado, al igual que la música y su decoración le da un plus al lugar”, afirmó Wigny Santos, consumidora frecuente del restaurante.
Es muy popular por su bebida bubble tea o té de perlas, aunque las recetas varían, la mayoría tiene una base de té (que puede contener leche o jugo de frutas) mezclada con miel o jarabe de glucosa y bolas de tapioca con sabor a frutas (“bolas”, “burbujas” o “bobas”), de ahí su nombre. Estas perlas, que en muchos casos también pueden ser de gelatina, se colocan en el fondo de la bebida y se beben con pajitas largas y gruesas.
Chingu Kitchen, localizado al derecho de Nice Tea, es otro restaurante que ofrece una experiencia gastronómica coreana. Sirven una variedad de platos, incluyendo Kkoma Kimbap (elaborado a base de arroz blanco cocido y otros ingredientes enrollados en alga prensada), así como acompañamientos como kimchi y mandu (empanadillas coreanas).
Sofía Báez, aficionada de la cultura asiática, describe su experiencia en Chingú como “una atmósfera animada y acogedora. La decoración minimalista, combinada con toques de elegancia tradicional coreana, creaba un ambiente sofisticado pero cálido. El menú era extenso y emocionante, repleto de clásicos de la cocina coreana y platos contemporáneos. Cada plato que probé estaba lleno de sabores atrevidos y complejos que reflejaban la diversidad y riqueza de la cocina coreana. Cada bocado me transportaba al otro lado del mundo, donde la comida es una expresión de identidad y comunidad”.
Al final de nuestra ruta culinaria, nos despedimos de esta variedad de restaurantes con altas expectativas de un estómago lleno y el corazón feliz. Las experiencias de los restaurantes coreanos es mucho más que una simple comida; es un viaje a través de la cultura, la historia y la pasión culinaria de Corea del Sur.
