Hablemos del mofongo. Un plato típico de Puerto Rico pero que República Dominicana ha adoptado y transformado en Moca, Espaillat.
El mofongo es un plato elaborado a base de plátano verde y combinado con ajo y chicharrón. A nosotros, los 10.7 millones de dominicanos nos gusta inventar y hacer nuestras propias versiones de las recetas originales. Es por eso que otros colocan mariscos o pollo, pero todos llevan una leve capa de queso rallado.
Es por eso que Moca, cerca de Gaspar Hernández y Jamao al Norte, es famoso por ofrecer al turista extranjero y a los habitantes de República Dominicana el famoso mofongo mocano.
La Destilería se trasladó a la ciudad de Ulises Francisco Espaillat y Ramón Cáceres a degustar un mofongo en el restaurante 4F.
Sí, solo fuimos a degustar este plato.
Parece un volcán de plátanos. El mofongo tiene un sello distintivo por su sabor y por usar el plátano como base de su elaboración. El plato también se auxilia del chicharrón para ser crujiente y jugoso, una explosión de gastronomía en el paladar de cada usuario, cada cliente, cada visitante.
Además, esta acción se enmarca en el turismo gastronómico, aquella actividad que los destinos diversifican el sector de viajes, promueven el desarrollo económico local e involucra a la sociedad civil como un eje primordial para su autenticidad.
De hecho, la Organización Mundial del Turismo (OMT) destaca que el turismo gastronómico se caracteriza por el hecho de que la experiencia del visitante cuando viaja está vinculada con la comida.
El precio de un mofongo tradicional es de RD$400, pero si es mixto con dos ingredientes ascenderá a RD$475, un completo por RD$550 o de camarones por RD$725. Pero, además, cuenta con entradas como empanadas de yuca por RD$150, canastas de pollo por RD$250 o palitos de mozzarella por RD$200.
Para los que prefieran otros platos, tendrán chivo por RD$500, pechuga a la parmesana por RD$550 o mero al vapor por RD$400, todo dependerá del gusto y paladar de cada persona.
El restaurante es de ambiente familiar. Si bien la atención es por orden de llegada, es recomendable reservar por el gran flujo de visitantes y evitar largas filas de espera.
El menú cuenta con chicharrón, camarones y longaniza. Hasta de yuca, parece un puré. El mofongo tiene una textura crujiente y relleno de chicharrón. Lo defino como una explosión volcánica de sabores.
Cuenta con parqueos gratuitos. El lugar es acogedor, brinda espacios para reuniones y fiestas privadas. También bebidas alcohólicas y jugos.
Pero, salida y visita sin postre es un casi fracaso. Por eso, corrimos unos kilómetros y llegamos a Arte y Helado para degustar una barquilla y combatir el calor del Caribe.
Esta heladería es un emprendimiento femenino que emplea a unas cinco personas y se caracteriza por ofrecer helados artesanales y libres de químicos.
Querido lector de La Destilería,
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