Entre el afán diario, los gajes del oficio, el estrés, la ansiedad y el pensar del futuro, siempre habrá momento para degustar un helado en una heladería artesanal. Y así lo hice. Esta vez no fui sola, sino con dos mujeres amables, cariñosas y comunicativas que durante tres horas hablaron hasta de las deudas.
Pero, ¿A dónde fuimos?
Hicimos una parada gastronómica en Cappio Helados.
Querido lector de La Destilería, usted tiene que degustar el sabor de temporada que es de calabazas. Su sabor agridulce acompañado con otro sabor es la mezcla ideal para ver la tarde caer luego de una jornada laboral.
Recuerdo caminar unas esquinas con amigos y colegas para disfrutar de la variedad de sabores de esta heladería italiana ubicada en la avenida Winston Churchill con dirección a la Kennedy.
El cliente puede degustar 2 variedades antes de decidir comprar un sabor. Desde aguacate, ají, maní, hasta los sabores tradicionales como chocolate, bizcocho y dulce de leche.
¿Por qué Cappio Helados?
Porque tendrá sabores de temporadas. Ahora que es la temporada del Día de Brujas o Halloween, ofrecen el sabor de calabazas. Además, el helado refresca, llena de alegría, revitaliza el alma y brinda la sensación de felicidad. Libreamos endorfinas.
Querido lector de La Destilería,
El lugar es pequeño pero cómodo. El personal es atento, paciente y amable. Esta es un comercio de origen argentino e ítalo, combina lo mejor de ambos continentes: Europa y América. Déjeme decirle, que además de oferta, buscamos disfrutar sin poner en peligro nuestras finanzas personales.
Los precios son asequibles. Gasté RD$500 por tres cajitas de dos sabores cada una. Creo que es más barato. Pero mi filosofía de vida es “trabaja para vivir dignamente y disfrutar de los pequeños placeres de la vida, sin comprometer tu presupuesto”.
Por ejemplo, 12 onzas cuesta RD$410; 16 onzas, RD$535 y 32 onzas unos RD$1,015, siendo los más cariñosos. Pero, 4 onzas es de RD$185, seguido de RD$335 por 8 onzas.
En esta oportunidad disfruté de calabazas con dulce de leche; probé el de capuchino con caramelo y cielo. Casi, casi, era chicle; y caramelo con majarete.
¿Volvería?
Sí.
¿Con quién?
Acompañada conmigo misma y de personas que quiero.
Por cierto, ¡Prueben el de aguacate! No se arrepentirán.
Lo importante de vivir, estar presente y coleccionar momentos, es que podemos decir cuando estemos ancianos listos para partir o en situaciones díficiles que hemos sabido aprovechar de algo que llamamos vida.
Atrévete a ir, y cuéntanos, ¿Qué te gustó?
A nosotras los precios, los sabores artesanales y la oportunidad para conversar durante unas horas.